Tatúame pero en el alma 32. 🚨🎡
Karma está dispuesta a inmolarse. La mirada del Keller es una declaración de guerra inmisericorde.
Porque no lleva bragas...de tenerlas puestas se le habrían caído .
Ese hombre, ese contraluz, es un cuadro que Dalí hubiera matado por pintar.
Y Karma morirá...
¡Vida solo hay una!
Da un paso hacia delante. Y la sonrisa de él se va expandiendo a la vez que ella acorta la distancia.
Y Karma alza el mentón como si el Keller no le impusiese respeto.
Él aprecia su aplomo.
La Salomé de la que hablaban en la Biblia está ahora en esa balconada sobre el Mediterráneo.
Deja que el tirante de su camiseta se caiga rozando su piel.
Sinuosos, sus dedos recorren el mismo itinerario.
Y ella sigue firme como un soldado .
Keller hace lo propio con el otro tirante.
Y su torso de Venus de Milo queda expuesto al sol de la mañana. Mientras el vestido reposa en su cadera, a modo de velo púdico.
Bronce brillante.su piel.
Y él,que recorre de nuevo el sendero por donde la tela pendía...
Karma sigue mirando al hombre. Respirando con la tranquilidad del que escoge lentejas para un guiso .
Y el hombre que mira hacia ese rostro hermoso.
Dentro de esos pozos negros que tiene por ojos , sí se ve que algo se ha despertado en ella.
Karma tiene los puños apretados.
Ahí está la muestra del duelo que está manteniendo consigo misma.
Keller baja su rostro y le acaricia con la nariz detrás de la oreja, la yugular...
Baja hasta la clavícula.
No hay ningún otro lugar de sus cuerpos que se esté tocando.
Karma está confundida.
Esperaba otra cosa.
Cualquier cosa menos ...¿ternura?
-No me gustas.
Ella lo escupe mientras las dos pieles siguen en contacto.
-No me gusta que me utilicen.
Keller cambia ahora y usa sus labios.
Se pasea lento por donde ya ha estado
Y Karma espera...no sé, que le muestre sus cartas.
Pero el hombre guarda silencio y sigue con lentitud .
-No me gusta que me usen.
-¡Entonces úsame tú!
¡Dios bendito!, de todas las cosas que ha escuchado antes, esta. Dicha en su oído. Susurrada de forma lenta acaba con todos sus peros.
La lengua de él sella el pacto.
Y de su oído, baja ya perdida la guerra, por el contorno de su cuerpo, arrastrando la vergüenza y la tela que aún la ocultaba.
Le tiene rendido a sus pies.
Sin darse cuenta , Karma no sabe en qué momento, hay una otomana que nota en sus rodillas.
Y se sienta sobre ella mientras Keller, aún con toda la ropa va conociendo su cuerpo.
Se está tomando su tiempo.
Esas manos de manicura perfecta, están haciendo que sus músculos pierdan consistencia.
Karma sigue mirando absorta como él viene y va. Sube y baja por sus extremidades,sin llegar a su centro.
Vuelve a estar descolocada.
No se han besado ni una sola vez.
En la boca no .
Ella se sujeta al mueble mientras él sigue su lento peritaje.
Se le escapa un agónico gemido cuando él por fin decide ser más osado y se acerca a su monte de Venus. Pero no. La deja colgada a la necesidad y ardiente.
Ese es su juego.
La crueldad de la tortura.
Acercarla al precipicio y no dejarla caer en él.
¡Jodido hijo de la Gran Bretaña!
Vuelve a su plan milimétricamente ensayado.
Como si ella fuera el plano de una operación militar que debe ser ensayada para no errar.
Se retuerce cada vez que él ignora donde está el fuego.
Y hace pasadas rasantes.
Y ella iza su cadera pero la ignora luciendo una sonrisa que se le tatúa en la piel cuando vuelve a posarse en cualquier parte de su anatomía menos en la que está llorando por su atención.
Tenía razón la Terre. Y se quedaba corta.
El guiri ha parado un segundo .
Ha cogido un cojín y algo más.
Karma ha decidido cerrar los ojos para disfrutar más del viaje en el tren British.
Es entonces cuando nota el frío donde antes solo había calor.
Se incorpora por el contraste y entonces al abrir los ojos comprende.
Lo de que el guiri jugaba en otra liga era cierto.
El hielo que tiene entre los dientes lo corrobora.
Y Karma extiende sus manos siguiendo las gotas que caen por su mandíbula.
Y llevaba por el hambre decide unir sus labios a ese hielo y chocar de frente con los de él.
Las formas se pierden en ese instante.
La lentitud se olvida por completo.
Y el "úsame" de antes se queda corto para nombrar todo lo que Karma le quiere hacer a ese hombre.
Se pone de pie y le empuja a él contra la otomana.
Le tiene de espaldas y aún de rodillas.
Demasiada ropa que no cuadran con las ganas.
Así que le quita el cinturón y sin dudarlo le inutiliza las manos.
Esa espalda musculada, esa cintura escueta. Los glúteos trabajados... Un espécimen maravilloso el millonetis.
Karma acerca la cubitera que no había visto.
Descorcha el cava y le da un trago a morro.
Y después decide jugar a ser una chica mala con el tío que ha debido de reinventar Kamasutra.
Keller no lo ha visto venir.
Él no imaginaba que ella bebería de sus nalgas el espumoso.
Se ha puesto creativa después de apretar bien fuerte el cinturón de Hermés que él va a hacer enmarcar en cuanto terminen.
Ella y su manera de usar el hielo como lubricante.
Ella y su modo de hacerle desear más.
Karma y su modus operandi de aquí la niña, superando al maestro.
Nunca había suplicado antes el británico. Hasta que no estuvo a los pies de ella.
Nuestra Karma.
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