No trates de ponerte en mi piel.
"Si así escribe, imagínate cómo besa"
Disculpa si de un tiempo a esta parte, ya no soy quien antes era.
Perdona si se me han atrofiado las palabras, más incluso, que el cuerpo.
Y no está tan mal dices... Como si en ese "tan mal" no tuvieran cabida, las miles de inseguridades que a una la atormentan.
Y ya después del silencio.
De ese retiro impuesto, sacas de la chistera imágenes que harían caer el templo.
Las otras, tus cientos de otras que te miran sin verte, desde el papel sepia de la inmortalidad de un fotograma, entran en el infame canon de aquel sapiente griego.
Praxíteles el cruel, que superó a Policleto y que hoy exaltó el filtro non plus ultra de la cámara del señor de la manzana . Y no hablo de Adán.
Ceñirse y no el cinturón.
Ver pasar la vida siempre deseando habitar en cuerpos ajenos.
Suspirar ante escaparates varios: de pastelerías, de vestidos chic, de zapatos con tacones imposibles...
Morir poco a poco ante la imperiosa necesidad de ser quien no eres.
Hasta que...
Un día te das cuenta de que el cinturón que te sujeta te viene sobrando.
Que la foto donde salías pasable, hoy es tan pretérita como la media maratón que un día corriste.
Y te ríes de la curva de las caderas de las otras sabiendo que la de tu río, ya nunca volverá por esa senda.
No busques encuadres de otras en mí.
No quieras que me broten sonrisas en días grises.
Ni que te escriba cuando el silencio se ha hecho fuerte entre el bullicio y el ruido de las musas cuando yacen dormidas.
No soy de las que se quita la ropa con la luz encendida.
No puedo decirte que sí,las veces que me lo pides.
No me entiendes porque nunca has querido hacerlo.
El miedo de conocer de verdad a los otros.
No trates de ponerte en mi piel.
No oses.
Tampoco quiero.
Llegar hasta aquí. A este punto. Me ha costado todos y cado uno de los días de mi vida.
Unos pesan más que otros.
Algunos me agotan y otros me impulsan.
Con unos puntuó y con el resto debo más que Alemania.
Pero sabes...
He aprendido a no quererme mal.
Y aquí estoy.
Viendo a otras que no soy yo y deseándoles el mejor de los viajes.
Hoy me ronda una canción.
Indie.
De esos grupos de nombre estrambótico que me gustan más que una Gilda .
Apunta el objetivo más allá de los cuerpos.
Una pena que los 21 gramos de alma no salgan cuando se abre el obturador.
Suena obsceno afirmar que el sexo va más allá de los cuerpos.
Me atrevo a decir que hay mujeres de bandera y luego están las otras.
Las que quitan el sueño.
Las que llegan a tu mente a deshora.
Y se hacen un hueco allí, donde nadie las llamó.
Y cuidado porque se quedan.
Arraigan.
Echan raíces.
Y sin querer queriendo anidan.
Y se hacen costumbre.
Y te arropan.
Y te besan como nunca más nadie. Nunca. Ninguna otra.
Y es cuando no lo has visto venir cuando estás realmente perdido.
No te dio tiempo a marcar el camino cuando entrastes en el laberinto.
Y no hay hilo.
Ni rojo. Ni de color.
Simplemente no hay.
Y te da lo mismo.
Espera
Ten paciencia.
Deja a la vida que te sorprenda.
Paciencia.
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