Preposiciones.

"Dicen que el sexo por la mañana es más efectivo que el café"

Cuando somos felices nuestra fantasía tiene más fuerza, cuando somos infelices actúa de forma vivaz nuestra memoria. N.G.

Ya no miro al deseo a los ojos, le clavo la vista.

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Nunca pides.

No eres tú de los que pierden el tiempo.

Exiges.

Con pocas palabras pero efectivas.

Esa seriedad, ese mirar, ese porte militar de perdona vidas.

Acusas como un letrado por lo contencioso y te acoges al habeas corpus.

Hoy he tenido que reírme porque el teléfono me ha dejado acuse de recibo.

Tú.

Más tú que nunca.

Sin mediar palabra.

Solo un fotograma.

A quemarropa.

Al asalto.

Y sé que es lo que pides.

Lo que gritas en silencio.

Como el jodido cuadro de Munch, tú.

Me has recordado luego una fecha.

Como si una fuera corta de miras.

Y seguí riendo por las deshoras.

Las tuyas son muy open free.

Tras mi silencio.

Esas pausas obligadas que me marca la vida.

Otra imagen.

Ahí sí.

Con esa última, has dado un KO que envidiaría hasta Ilia Topuria.

Le has dado al PLAY.

No soy yo de las que guste quedarse de suplente en el banquillo, así que ahora, vamos allá.

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La estrella que me guía, a veces quiere ser esfinge.

Y al receptor le falta info.

Se pierde la sutileza.

Y te quedas en stand by.

Hasta que conecto.

Como esa instantánea de piel, un retazo de un cuerpo, para mí anónimo, pero para ti...

No entiendo bien tu impúdica querencia a hacerme partícipe de tus proezas.

Sonrisa etrusca.

Mi caleidoscopio que lo analiza . Su capacidad empática de teletransportame allí, como una maldita voyeur.

Y tú eres consciente .

Así que cada imagen que compartes, sabes que dejará de ser pasado.

Crees que son las musas las  que vienen a mi vera:  a sentarse , a tomarnos un café y desgranar tus obras como si se tratara de la última y polémica jugada de un Madrid que mereció el gol.

Luego me acusas de que intervengan terceros.

Cuando soy yo más de dejarme llevar por lo que siento.

De haber, de existir un él. Lo hubiera dejado marchar.

Soy una cobarde.

Deberías de saberlo ya.

Nunca entraría en la habitación #409, ni hubiera cruzado siquiera el hall, y mucho menos llamado a la puerta.

Hubo una vez en la que el león sin valentía quiso tenerla.

Pero...

Siempre una preposición.

Una tan pequeña que te deja a las puertas.

Que te deja pensando en momentos que viviste.

En duchas sincronizadas a modo de ballet.

 En gotas de agua que se mantienen en suspenso.

Esas ganas marcando caminos.

Recodos que alguien desearía transitar.

Con los dedos, con los labios, con todo su ser.

Y hoy esa foto.

Y el recuerdo de otra piel.

Y las ganas de jugar y de ganar por una vez, o de no importarte para nada el verbo perder.

Perderse.

Los dos.

Juntos.

Sin palabras.

Con prisas o en una lenta rendición.

Nunca hay nada más que una foto en blanco en negro.

Así que las nueve chicas de Apolo y yo, tenemos siempre mucha labor.

Déjame decirte que la piel que hoy nos une...

Supo en primera persona comprobar lo que significa "sentirse realmente viva"

Conoció la expectación y se abrazó fuerte a ella.

El fuego,  esa dermis, ardió con gusto , como San Lorenzo en su martirio, cumpliendo un acto de fe.

A veces les hablo a mis otros yo de ti.

Y todas me contestan lo mismo.

Siempre será mejor un pudo haber sido que el error de dejarte ser.

Fuiste como esa gota de agua que recorrió mi piel y se evaporó.

Un recuerdo efímero.

Un verano que se murió con el otoño.

Eres ese pero .

Aún.

Si.

Sobre.

Contra.

Versus.