Tatúame pero en el alma 30
"Hay gente que se quiere a tiempo, a destiempo y todo el tiempo" Ángeles Mastretta.
Karma ha vuelto a su rutina de tatuar , de esculpir y de ver el sunset con su gente.
Y está muy bien, el verano en pleno bullir de luz y de color, como si aquello fuera la letra de una canción de Eurovisión ñoña, pues lo mismo.
¡Tú sigue!, Dios le dio fuerza a sus mejores guerreros decía un buenorro en el Instagram, lo había visto aquella misma mañana. Pues nada. Karma, reina, tú, a seguir al pie del cañón, aguja en mano tatuando infinitos y más allá.
Se lo decía mientras la guiri rezaba y chillaba, porque las hijas de la gran bretaña eran unas blanditas y no aguantaban nada de nada el dolor . El umbral bajo mínimos. Si a ella le dejaran, Gibraltar volvería a ser de España. Ahora se explicaba lo de la Armada invencible, suerte de tormenta perfecta.
Hablando de guiris. El Keller quería llevársela a la city , para enseñarle como había quedado su escultura en su enorme hall. La Terre no había perdido oportunidad de añadir que quería llevársela al huerto, algo que a ella ya le había quedado claro desde el momento jardín .
A lo mejor iba, o a lo mejor no.
Así estaba mientras pasaba la aguja dando sombra a un trazo cuando a través de la cortina se coló el sonido del hilo musical.
La aguja no siguió el camino, se quedó suspendida en el aire, como la melodía preciosa, tanto que se vio impulsada a salir de su cueva y plantarse en la recepción al lado del bafle.
-Hugo.
Porque sabía que era de él.
Y se quedó allí plantada, como la mujer de Lot escuchando un temazo que hablaba de su cala, de su océano y hasta de cierto tatuaje que se había hecho una vez y que pocos conocían de su existencia.
-¡Le voy a matarrrrrrr!
Se sacó los guantes y los encestó en el cubo mientras salía por la puerta totalmente iracunda.
No soporta más que su casi inexistente "roce" con el madriles le haya dado para marcarse un jodido disco. Y ahí está , número uno en todas las plataformas. Nunca los Avante habían sonado mejor, pero a Karma ya le está dando un poco mucho por saco que sea ella la protagonista de cada uno de sus nuevos temas.
No va a poder pararlo, ni tampoco olvidarse porque allá donde va, suena él.
Pone la radio, la tele, se para en un semáforo...¡En Babebelle!, allí también se cuela el finolis lloriqueando como un gato escaldado .
La técnica vikinga no ha funcionado. Tiene el cutis estupendo, pero poco más. Además parece que el Hans quiere sacarse un abono por la cantidad de mensajes que le llegan al móvil.
Lo ha apagado, el móvil. Porque le entraban llamadas a todas horas de números desconocidos.
Se pasea por su taller. Mira sobre las mesas, los tocones de madera. Las pinturas, el soplete.
Le apetece quemar algo. Un apocalipsis de furia celestial.
Suena el timbre de la puerta, no es ni mediodía, así que se ve obligada a bajar, seguro que es algún paquete para la Terre.
Pero no, no es un paquete para la Terre, viene a su nombre y el rider le dice que le han mandado desde Babelle.
Va hasta la isla de la cocina y mira hacia el paquete como si escondiese dentro una bomba.
Y a lo mejor lo es.
¡Con la suerte que tiene últimamente...!
Coge un cuchillo y se va directa.C omo en Psicosis, pues lo mismo.
Y entra por el lateral de la caja, a matar.
Y abre la caja, como una Pandora moderna, porque le puede la curiosidad.
Dentro hay un lápiz USB.
Y cree saber quién es el coño remitente.
Y lo deja sobre la isla.
Sube al piso de arriba .
No ha terminado de ascender cuando el timbre de la puerta vuelve a sonar.
¡Karmita ,hoy te ahorras el gym!
¡Otro paquetito!, esta vez de la galería.
Lo abre con más calma que el anterior. Dentro un sustancioso cheque y lo que parece un catálogo de una monográfica con sus obras.
-Espera, ¡qué coño!
Y allí en letras de molde, en negrita no se lee Ibiza, se lee London.
-¡Me cago en los hijos de la Gran Bretaña!
Coge las llaves y sale vestida con un vestido playero, como el diablo de Tasmania de los looney tunes. Lo mismo.
¡Dios coja confesado a quién sea que la vaya a recibir!
La Terre la ha visto a lo lejos subirse a la furgoneta y acelerar como alma que la persiguen todos sus demonios.
-¡Esta chica está fatal!
Y lo dice mientras entra cargada de bolsas al interior del edificio. Deja las bolsas en la cocina y ve un USB allí olvidado.
Se va hacia el portátil y lo inserta en el puerto, seguro que es una playlist del Hans que anda todo el día suspirando por la enana.
Pero no. cuando carga, no es una canción lo que se escucha, es una voz en off. Y la Terre se tiene que apoyar porque lo que ese hombre dice suena, como un coño son cubano de Silvio Rodríguez, lo mismo.
Directo al corazón.
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