El verano que nos creímos invencibles.
Ha sonado U2 en algún lugar indeterminado del edificio y yo estaba tendiendo la ropa.
Ha sido el sol entrando a raudales, Bono entonando un tema de aquel disco de vinilo en el que un niño guapísimo llevaba un casco de soldado y que tú ponías en bucle una y otra vez , mientras te envidiaba entre dientes, ese eclecticismo musical, del que yo carecía. Del que aún hoy voy suspensa.
Me di cuenta de que siendo como eres una constante en mi vida, nunca conté nuestra historia. Hasta hoy . Cuando me golpeó de lleno aquel verano .
El verano que nos creímos invencibles.
Acabábamos de soplar, cuántas, ¿diecisiete velas?
Veíamos el horizonte de la mayoría de edad tan cercano... Como el Nirvana que nos daría las llaves de a saber qué jodido reino.
En mi caso uno lleno de quimeras, en el tuyo siempre hubo un horizonte más verídico.
De las horas del día que pasábamos despiertas creo que aquel verano las vivimos casi todas adosadas :
A las clases particulares de ciencias. A las horas infinitas de sol, al pasear a nuestros perros y a aquel primer chico "oficial" en tu marcador.
Esperaste y de golpe, allí estaba.
El chico de revista.
Aquel rebelde rubiales de manual. Que entró en aquel aula improvisada a la que nos habíamos condenado solas y se hizo la luz. O tú la viste .
Grandes letras de neón.
Te robó un corazón que tenías bien blindado. Y nuestro verano se amplió.
De pronto pasamos a tener un código.
Yo te cubría mientras tú hacías, lo que se debe de hacer con ese primer amor que llega y actúa como aquellos condenados trenes que siempre chocan y hasta descarrilan.
Tu amor fue interrail.
Hablaba francés el rubito y su pandilla también.
Así que escuchamos grupos musicales para la mayoría desconocidos y algún escritor también.
Yo caminé París de forma imaginaria con un guía prestado que suspiraba por su chica que se había quedado en casa.
Fumaban . Tabaco de liar. Llevaban cadenas atando sus carteras porque su París era una jungla de asfalto .
Tú floreciste aquel estío. Cogida de aquella mano que sabías que se soltaría a finales de agosto.
Siempre has sido la más realista de las dos. Yo pensé que volvería, fíjate. Lo quería, porque pensé que te hacía feliz.
Pero tú me has enseñado que no. Que la felicidad es otra cosa.
Aquellos paseos infinitos, aquellas horas juntas sin decir ni mú. El mirarnos y saber lo que pensábamos...
El final de aquel verano me hizo grabar una cinta melancólica donde el dúo dinámico ya nos decía que todo estaba escrito antes de que él diera su primer paso para entrar en aquel salón.
No sé cómo recordarás aquel verano, o si lo habrás revivido alguna vez...
Fuimos tan inmortales como Bono y su banda.
Ellos siempre serán :tú para mí.
Suenen donde lo hagan, tú estarás conmigo.
Nunca me faltas.
Siempre te tengo.
Y es una gran suerte.
La mejor.
Te quiero B.
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