Tatúame, pero en el alma


 Un estudio de tatuajes en un paseo de la playa. Pleno verano en Ibiza y los turistas deseando llevarse un recuerdo en la piel. 

Karma no solo tatúa cuerpos.

Durante  el duro invierno en la isla pinta e intenta vivir de su arte.

Un día un guiri borracho entra en su estudio.

Y ...

"Tatúame, pero  en el alma" es un sueño inconcluso que me ha regalado esta mañana  Morfeo.

Son los Santos Inocentes y no me pueden dejar interrupta 😏.

Parcas, ¿retos a la morena? ¡Ja!    







El ventilador del techo no puede ,ni por asomo, llevarse el calor sofocante que hace en Agosto en su coño isla.

La música no puede silenciar las conversaciones que le llegan a la pequeña sala donde está la camilla.

Madre mía; italiano, alemán, francés, inglés...¡La  torre de Babel es su antesala, en plena hora punta!

De ahí el nombre del estudio "Babelle" ,confusión en italiano.

Karma que resopla y se seca el sudor de la frente con el antebrazo, justo por encima de los guantes de látex.

Ya no puede quitarse más ropa para estar  fresca. Y el pelo...¡Karma no pienses en tu pelo!

Un mocho de pelo cohete que este mes luce mechones púrpura. Super corto en la nuca y el flequillo que sale disparado más largo.

La Terre, su hermana de corazón le ha dicho que ya no puede parecer más artista aunque lo intente. Te falta solo el cartelito de Frikicienta.

Y la Frikicienta de los tatus del barrio de la Marina, está pasando la maquinilla por la muñeca de una noruega de unos veinte. La  walkiria, de piernas kilométricas no ha dudado a la hora de escoger el tato.

El infinito, otra vez.

Otra vez...una más y ya no responde de sí misma.

-100 lereles Karma, mi amor.  100 lereles en la caja y suma y sigue, Olvídate del arte. Aquí manda el cliente.

Y Karma que desprecinta la aguja y monta la máquina y procede . Después de limpiar la zona y pegar el calco a realizar el infinito... y más allá.

El ruido del motor, de la aguja entrando y saliendo de la piel. Es como el ronroneo más erótico del mundo.

La walkiria que pone cara de disgusto a la primera toma de contacto y jura en noruego, cree Karma, que prefiere morir en la ignorancia mientras las amigas la jalean desde el otro lado de la cortina.

Un manicomio de sonidos y voces distintas que Karma había aprendido a ignorar.

Desinfectó el tatoo, le puso cremita a la noruega y le agradeció su buen gusto y valentía.

-Mira Karma, reina, más cínica que Pinocho.

Sonrisa Profiden y preparar la camilla y la máquina para el siguiente cliente.

Otra coño Walkiria.

De seguir así ser bi- no le iba a parecer mala opción, si es que eran espectaculares. Esos ojazos  azul  iceberg , esa cutis, a esas alturas de las vacaciones carbonizada, ese pelo...La altura .

Karma que le muestra el papel recién extendido y la rubiaca que se espatarrá y le dice 

-The same.

¡Pues nada Kara! El coño infinito otra vez.

Dos litros de agua, una cola y treinta y tres infinitos después, Karma salió  a la luz del día. 

Parapetada tras unas gafas de sol XXL y una pamela, la Frikicienta del short vaquero y del top lencero salió con su mochila hasta las cinco.

Callejeó por el barrio de pescadores hasta que llegó a un edificio encalado con las contraventanas azules. Sacó las llaves y entró al frescor del interior. Salió por un angosto pasillo al patio trasero donde en verano hacían  vida.

La Terre estaba allí con los pies metidos en una piscina hinchable y embutida en un bañador de lentejuelas que seguramente había sido parte del atrezzo de algún show del Ushuaïa donde trabajaba,

-Hallo- Le dijo Karma dejando la mochila en un perchero y dándole un pico en todo el morramen siliconado.

-¡Karma amor, si no fuera por ese pelooooooo!

La Terre que le revuelve el flequillo cohete y Karma que le da otro sonoro beso en la piel tostada y no por el sol.

-Cubanita, guapa, da de comer a tu Frikicienta.

Karma que  se descalza las chanclas y mete los pies en el agua que con el calor reinante ya está como la de una ducha de gimnasio.

-¿Te lo has ganado?- La Terre que la ve cansada y con morritos a su pequeña.

-Te juro que me vuelven a pedir un símbolo más y no respondo. Mira que tengo más de 1000 diseños, y sota, caballo y rey. De vez en cuando... algún local me sorprende, pero nada más.

-Tranquila reina, tienes mucho arte en estas manitas- La Terre que se acerca a ella y se las coge.-Y esa cabeza está muy bien amueblada y algún día alguien lo verá y serás la nueva ...

-¿Sí?- La malvada Frikicienta que quiere poner en un aprieto a su amiga.

-Miró, tía. Como Miró

-Vale, te lo compro, por ser tú.

Y La Terre que la revuelve de nuevo el flequillo y se levanta hacia la cocina y Karma que con pereza la sigue para poner la mesa y tomarse otra cola con extra de hielo.

Un arroz a la cubana después y un helado de limón ambas se dejan caer en la tumbonas colgadas en el patio.

Roque el gato callejero que se cuela por la tapia las mira ofendido.

-Mira que es feo el gatito. La Terre que se acuna ligeramente en la hamaca.

-Es que ,que le falte el rabo ya es un plus-Karma que lo mira sin gracia- Pobre Roque.

Y el gato que se queda allí sobre la tapia a guardarles la siesta.

Y La Terre que comienza a roncar como un tren expreso y Karma que se tiene que meter dentro porque le apetece que  se coma una chancleta.

Sube por las angostas escaleras hacia la azotea. Allí la recibe el sol inclemente  y una vistas maravillosas de toda la bahía. Las embarcaciones de recreo, los super yates, las lanchas motoras. Los locos de las tablas... Miles de marcianos que invaden su mar.

Y Karma se apoya en la barandilla y vuelve a los veranos de su infancia y sonríe. Y ve color y textura y sale de la azotea y se encierra en el estudio con claraboyas y todo lo demás deja de importar.



Mientras en el aeropuerto.

-Sr. Keller. Hemos aterrizado sin incidentes. Le vemos en unos días.

Keller que deja el jet y baja las escalinatas en la zona de los vuelos privados. Ha cambiado su traje sastre por unas bermudas y una camisa de hilo fino.

Tiene la casa preparada y le están esperando con el yate en el atraque para poder disfrutar de sus merecidas vacaciones.

Necesita sol, playa y mar. Y sexo. Mucho. Variado. Caliente...

El Sr. Keller que se monta en el coche que le está esperando después de pasar el control y se pierden en las carreteras atestadas de la isla rumbo a su Paraíso.

¡Bienvenidas vacaciones!

Ibiza le espera.
















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