Tatúame ,pero en el alma 2
Norma de un ser racional.
Nunca, nunca te tatúes el nombre de tu pareja titular, porque puede pasar a suplente.
Karma que llega al estudio en plena efervescencia de calor y de gente que ha llegado en el avión y en los ferris a lo largo de la mañana y ya se han liberado de las maletas y deambulan como abejitas pizpiretas por las calles .
Entra en Babelle y ve a la gente ojeando los books y a la recepcionista que sonríe como si aquello fuera una clínica dental y no un salón de tatus.
La Niña de Recepción que habla idiomas con la misma facilidad como cambia de pareja.
Karma que ojea el IG por las mañanas para estar al tanto del tema de conversación que se puede tocar y cuál no. Sabe que esta semana hay suerte y repite.
Mari dramas la llaman la Terre y ella. ¡Cada vez que ha encontrado al hombre de su vida , va y lo pierde! Con la misma facilidad pierde hombres que bragas. Karma que pasa ante ella y le guiña un ojo y se instala en su cubículo y pone el modo ON.
-Un mes Karma, tú sobrevive solo un mes y ya luego vuelves a ser libre para crear algo que valga la pena.
Se va a la antesala saluda a un cliente que le pasa la Mari dramas y se pone a hablar en inglés con...
-¡Guaja ,qué soy asturiana!
-¡Menos mal!, yo soy Karma. Dime en qué te puedo ayudar.
-Estoy de despedida de soltera y quiero tatuarme el nombre de my love.
Karma que se para en el pasillo y la asturiana que será de la tierra de Alonso, pero no sabe frenar en seco y la atropella.
-¿Estás borracha?-Karma que le pregunta .
-¿Por?
-¿Sabes que te vas a arrepentir?
Karma que la mira a los ojos muy seria.
-Yo. Me caso. Pa toda la vidaaaaaaaa- Le canta la guaja
-Pues para toda la vida, morena. Tú misma -Karma que ya está en su puesto.
-Quiero el tatuaje de Melanie.
La asturiana que le muestra el corazón con el Antonio allí plantado. Hortera a más no poder.
Y Karma que entra en modo dientes y reza todo lo que recuerda y se pone manos a la obra sobre el calco.
30 minutos después del suplicio de Antonio ye de Mieres, Karma ha decidido que la cosa ya no puede ir a peor.
Pero va.
Italiano borracho y sobón con las manos más largas que un pulpo en celo.
Karma que llega a defenderse usando como arma su aguja muy cerca de la cara.
Y como el italiano es como su segunda lengua le suelta un par de tacos y amenazas que le dejan quietecito y ella le hace ver los angelitos , y no de Machín.
Cuando sale a las 8 quiere entregarle el alma a Dios.
-Un día menos de suplicio Karma , amor. Tacha uno más. Y se va al muro donde hay un calendario gigante y con un rotulador rojo lo quita de en medio.
No ha llegado a poner un pie en la calle cuando La Terre la abraza como la coño cabra loca que es.
-¡Ay! ¡Karmaaaaaaaaaaaaaa!
La Terre que la sigue estrujando . Y la besuquea y la apachurra.
Vale bien, su fama de lesbiana que ya era un grito , debe de estar siendo confirmada por media Marina.
-Terre amor, respira que estás tornando Blue.
-El gentelman ya ha aterrizadoooooo
Karma, que la que no ha aterrizado ha sido ella, la mira más perdida que un pulpo en un garaje.
-Reinona, no te entiendo.
-El pollonetis.
-Acabármosss. Haber empezado por ahí
Karma que se tiene que secar las lágrimas de la risa. Porque ha escuchado mil veces la historia de la fiesta en la casa del guiri . En Cap Martinet . Una noche loca donde acabaron por error las drags de la panda de la Terre y al entrar en una de las habitaciones ésta, su Terre, curtida en mil batallas, se escandalizó.
El polloneti tenía montada una cama redonda y le daba placer a dos mujeres impresionantes y él se dejaba hacer por un hombre.
El sueño calenturiento nivel Dios de la Terre desde aquel día. Ser quien dominase al guiri aquel.
Por lo visto ya lo tenía de vuelta, un verano después.
Karma se apiadó del orto de aquel ser. Su cubana, era mucha cubana, en el DNI original.
Se encaminaron ambas a un local de copas para saciar la sed y ver la puesta de sol. Su parada obligada .
La Terre que se ha traído el coche lo que significa que irán al Café del mar.
A pillar.
Porque hoy La Terre descansa y el inglés la ha debido de alterar el tema hormonal.
Karma que arrastra la mochila y las chanclas por el empedrado.
Karma que se sube al coche y pone el aire acondicionado a nivel "Un pingüino en mi ascensor"
-Terre, tengo que dejar esta mierda.
-Karma, hija, ni que hablaras de las drogas.
-Te juro que hoy casi cometo homicidio, tres veces.
-Mira como la Negación de Pedro pero en tatuadora.
Karma que la mira como si estuviera en mitad de un mal viaje.
-Terre,¡ estás fatal!
-Y tú muy negativita este mes. Follas poco.
-Más bien nada.
Karma que lo dice mientras mira a través de los cristales del coche.
Van por la C-731 para cruzar la isla.
-Ponle remedio. Ahora que aún estás a tiempo.
-Joder Terre, que solo tengo 28 años...
-Ya no eres ninguna niña y aquí todo los días nos invaden hordas de veinteañeras que se han criado con Tinder.
Van camino de Sant Antoni de Portmany y por las horas hay mucho tráfico.
-Hoy he tatuado un corazón con el nombre de Antonio dentro.
-¡Mira qué tierno!- La Terre que conduce como vive, a todo gas.
-Mira que gran mierda.
Karma que saca de la mochila el cuaderno que siempre la acompaña y agarra un lápiz .
Ya no habla, la ha llevado la mayonesa como dice la Terra. La Musa . Y de allí, surge la magia.
Unos trazos, un par de sombras y ante ella un corazón con sus válvulas, sus arterias, un volumen maravilloso que le otorga hasta vida. Y ése debería de ser, el corazón que tatuase y no la mierda que luce ya desde hoy la guaja y que lo aborrecerá en menos de un mes.
Karma odia ser "esa tatuadora de la isla blanca que me hizo ésto" Pero alguien tiene que ser el poli malo en esta historia de arrepentimientos.
Llegan al Café del Mar y la Terre que ya tiene a media tribu allí esperando. Karma que ve a Jon y se acomoda a su lado mientras se pillan unas cervezas.
Todos mirando al Mediterráneo y la música chill-out sonando. Muchas risas, carcajadas . La felicidad absoluta en un momento y en lugar. Aquel, con los suyos.
En otro lugar de la isla, dentro de una piscina infinita, mirando al mar, J.K. Keller también veía como el astro rey se perdía por el horizonte.
Habían sido unas horas de desconexión absoluta. Justo lo que necesitaba. Demasiado trabajo, demasiadas fusiones y adquisiciones, demasiado de todo y todo a la vez. El tiburón de la city necesitaba ese paréntesis. Y allí estaba en el paraíso. Disfrutando de un descanso más que merecido.
Acababan de redecorarle la casa. Y le había gustado la paleta cromática neutra que había escogido la estilista. Los cuadros de vibrantes colores de artistas locales y las esculturas que flanqueaban su piscina y la entrada a la casa eran lo que más le había llamado la atención.
La textura, las curvas, el craquelado de la cerámica...Le tenían cautivado.
Aquel paisaje, aquel silencio y el espectáculo. Se acercó a la cubitera. Sacó la botella de Louis Roeder helada y se sirvió una copa de la primera de muchas que se tomaría en aquella isla.
Promesas de un largo y cálido verano.
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