Adopta, pero a mí. Toma XXXVIII



 




A veces la  noche nos confunde y otras, te vuelve clarividente.

Marco estaba sentado en el porche de su casa viendo como la noche se consumía. Oficialmente acababan de entrar en el invierno, pero en Cádiz casi, casi ,se vivía, un eterno verano.

Sus hijos, sospechosamente dormían en casa  hoy. No les tocaba pero E-LL-A le había mandado un mensaje con el cambio de planes.

¡Qué no le importaba para nada! , que solo llevaba 3 minutos caminando, pero le usaba a su antojo y se le estaba haciendo muy cuesta-arriba.

Maca estaba muy callada desde la discusión de la no fiesta. El peque seguía con su fútbol y sus perros. Todo el día mirando perros en el móvil.

Y él, seguía sin decidirse si adoptaba o no.

La lotería  el 22. El sábado  nochebuena, puede que  apurando llegue para  los Reyes. Puede ser una buena opción o quizás una pésima. A lo mejor es solo un capricho y luego le toca cargar a él con el perro .

Marco que sigue mirando a la noche estrellada. A ese silencio que rompen los bichos que campan por el cortijo. Él que se mece en su mecedora y mira a su derecha. Antes había otra gemela que se quedó en el porche de la casa principal.

Solo la usaba la Tata cuando se sentaba a hacer punto y cosas de Tata.

A él no le hubiera importado para nada sentarse así ,a no hacer nada ,con su Gala.

Pero a veces lo que quieres y lo que es, no resulta ser lo mismo.

Así que seguiría probando suerte. Abriendo melones como decía su abuelo.

Hasta que saliera el bueno.

Se lo había dicho a Jesús , que si bien era verdad que ella había dejado el listón muy alto, si la cosa iba, no podrían con la distancia.

Y ella tenía su imperio allí y él sus mierdas aquí. Los niños. 2 y 2...

Era cansino planteárselo tan siquiera.

La puerta corredera de la terraza se abrió y él se llevó un susto.

Maca no podía dormir.

Miró la hora, pasadas las 00:00 , seguramente ni lo hubiera intentado.

-Papi...

¡La de años que su Maca  no le llamaba así!, algo pasaba.

Ella que se le sube encima como hacía una vida que no .

Él que nota como el corazón se salta un latido y aprovecha para abrazarla fuerte.

-¿Sabes que te quiero, no?

-Si  es por la fiesta te voy a decir que no, con love o sin él.

-Papi, esa chica...

-¿Mi Gala?

-Sí, ¿cómo sabes que merece la pena?...

-¿Hay un chico, Macarena?

Ella que le mira . Azul contra azul. Y ambos se estudian y sin palabras se entienden. Y Marco que la vuelve a abrazar. Fuerte.

Como un, para siempre , pero en abrazo. Como si no hubiese un mañana.

-Encontrar felicidad ,Maca. Eso es Gala. Así me hace sentir.  Y en paz. La paz también es ella. Y locura. Mucha. Es ternura y pasión. Muy inteligente. Sabe escuchar...

Marco que se pierde en el recuerdo... En uno bonito, pero que duele.

-Es como haber tocado una estrella con los dedos. Ella es el Gran Azul.

-Jopé papi, ¡qué moñas !

-Si tú no estás así y no  has llenado folios con vuestras iniciales entrelazadas, e imaginado los nombres de tus hijos con apellidos . No es . Maca. No es.

Y Maca que se gira la muñeca y le enseña un tatuaje de boli con dos iniciales.

Y él que se lo toca con cariño.

Y ella que le vuelve a abrazar.

Una estrella fugaz que se muere en el cielo.

-Pide tu deseo papi.

Y Marco cierra los ojos fuerte, para evitar que ese deseo se escape, vuele. Se esfume

Y Maca que le imita y pide el suyo.

Sin saberlo ambos acaban de desear lo mismo.

Y quizás se cumpla.

 Estamos a un paso de la Navidad.




Liérganes.



Viti, el imberbe, tres oficiales más y ella venga a hornear bases y hojaldres. Las barras de las torrijas ya estaban siendo cortadas y Gala se movía de puesto en puesto supervisándolo todo.

Limpieza, orden, claridad. Tempos...

Y ella tan desastre en su vida y tan maniática allí, en su universo paralelo. 

Los olores que te hacían retroceder a esa misma cocina. Siempre llena de mujeres. De historia, de tradición.

Y allí  estaba ella con su Aquellarre rindiendo culto a todas  de las que provenía. Las que vinieron antes  y que vio pasar la tierra por la que ahora ella caminaba.

Somos momentos , Gala.Somos instantes.

Como una conjunción perfecta de sabores que se fundían en la lengua y siempre te devolverían a ese lugar donde fuiste feliz.

Como el olor. A cocina de leña. A  salsa de tomate casera, a morcilla de arroz. 

El tacto. Cuando de pequeña se encaramaba a la pila y lavaba los caracoles con agua,  vinagre y sal...Aquella viscosidad, aquella parsimonia de hacer un remolino hacia la derecha y hacia la izquierda. Mientras ellas hablaban y te descubrían mundos. Y se abrían ventanas.

Tu primer amor, aquel primer beso y las luces y las sombras. Su vida entorno a aquellos fogones hoy mucho más sofisticados, pero con la misma magia.

-Gala vete un ratito a descansar- Viti que la saca de donde fuera que estuviera mientras revolvía la salsa- Y la envuelve en uno de sus abrazos. Como si fuera el hermano que nunca llegó a tener.

Y Gala que se deja abrazar. Fuerte. Y siente nostalgia de otros brazos. De otra piel , de otro olor.

¡Qué pronto nos hacemos  costumbre! piensa así anclada a su Viti, el de Carmela.

-Te quiero un mundo ,Galita.

-Y yo a ti dos.

Y siguen abrazados en mitad de su reino.

-El imberbe está dudando si se suma o no- Viti que la besa la frente y la aleja.

-¡Átale en corto o la va a liar!

Gala que se está quitando el mandilón.

-Me subo al sofá del despacho. Cuando quieras te doy el relevo.

Ella que le da un pico y se va.

-¡Joder Viti, qué te ha comido la boca!-El imberbe que no se lo cree

-¡Qué sabrá un chon lo que es un milhojas!

Y la calma y el silencio vuelven al obrador. El sonido de una máquina acompasada que sigue su rutina de amasar, estirar, cortar y hornear.

Gala que sube al despacho y cierra la puerta. La chimenea la ha debido de dejar encendida Aura y da gloria meterse en el sofá cama que ya la está esperando.

Se descalza, se desabrocha el sujetador y lo lanza lejos. Free y cómoda. Entra en el baño y hace las cosas propias de antes de acostarse como bien decía la familia Telerín.

Ahueca la almohada y mira el móvil para saber de sus hooligans.

Bruno le ha mandado una foto de ellos con Leo y han decidido hacer fiesta de pijamas en su cama.

Sonríe

Aura la pregunta por su fuga  y su llegada a deshora. Le manda un icono muy esclarecedor.

Y luego  Maca, una foto. De Marco en una mecedora. Mirando a la oscuridad de la noche.

"Esperando al invierno y a ti"

Y se le escapa una lágrima. Y se abraza a la almohada y llora por lo que pudo ser con él.

Con él Gala. Con Marco.

Y se duerme con él introduciéndose a hurtadillas en su sueño.

Y allí, él se queda. Y en él, ella no se va.











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