Adopta, pero a mí. Toma XXVI





Un corazón entusiasta encuentra oportunidades en todas partes. Paulo Coelho

¡ Madre mía el puentazo y el Morenazo y tó!

Definitivamente, en otra vida ,había sido andaluza. Eha!
Desde la llegada de Marco no se habían separado. Por la mañana habían cogido su coche y habían conducido desde Conil hasta Bolonia, uno de sus lugares favoritos. De las playas más bonitas en las que había estado en la vida.
Se habían perdido por los pueblos blancos y parado en Tarifa.
Caminar de la mano. 
Esa simplicidad. 
Un abrazo que se le escapa.
Un beso que te roban.
La sonrisa prendida en la boca y un cartel luminoso que indica "Comienzo" en letras de neón.
Callejear.
Perderse.
Descubrir.
Pueblos, plazas, personas.
Una foto en la muralla. En aquella fuente . Sobre aquella playa.
Llevarte cuando te marches algo más que una instantánea. Recuerdos.
Y el cansancio. La falta de sueño, que no de sueños y las caricias que nacen. En la palma de la mano. En la cadera y si me apuras , en el corazón.
Ese instante en que las calles son vuestras.
Y el cielo plomizo parece un cuadro del Greco. Y no suenan canciones porque la mejor melodía son vuestras voces. Comerse palabras. Robarse finales de frases. Pedir hasta la vez.
Uno debería tener un comienzo todo los días. O al menos, una vez en la vida.
Dormir la siesta.
O no dormir en absoluto.
Caer sobre la cama del hotel y confundir los cuerpos.
Olvidar la percepción de dónde empieza él y dónde termina ella.
Inmensidad al perderse en una mirada. En un mar líquido. En el azul más índigo.
Demorarse en otra piel, en otros labios, en otra alma.
Y descubrir que a veces lo que le pedías a  la vida no son logros, no son cosas, es una persona.
Que duerme a tu vera confiado. Separados por la distancia de un suspiro.
Notar el calor que emana de su cuerpo. El aire que suelta lento al respirar y que te acaricia el rostro.
Y desearías saber pintar para coger un papel y robar ese momento, ese lugar, eso que sientes.
Pero...
Siempre el pero.
Ante los tres puntos suspensivos de mañana ella quitaría dos.
Y se quedó horas viéndole dormir. 
Y se contuvo mil veces para no despertarlo y al alba, cuando ya no podía más, también se durmió.
Se dejó vencer por el sueño y también por la baza que otra vez le había servido la vida.
Te recordaré, Marco.

Verla a su lado.
En ese momento donde todos somos vulnerables.
Ella que duerme como vive. En una postura imposible, como si encontraras un cuerpo que se haya caído al vacío.
Una sonrisa. Siempre ahí. A las puertas.
Las largas pestañas haciendo sombra sobre sus mejillas.
Pecas que se esparcen  y que luce orgullosa. Como sus curvas. Como sus cicatrices, las que se ven y las que no.
Su genio vivo y sus convicciones poderosamente arraigadas.
La leona que cuida de sus cachorros, pero también de la manada.
Fortaleza.
Y él , la admira.
Él, que ya no cree en muchas cosas.
Y sabe que el hoy es  el mañana que ayer tanto temía.
Y que se termina su tiempo.
Pero el presente, Marco.
Solo el inicio.
Vale la pena.
La jodida pena.
Mírala, con todas las puertas que hay en el mundo y termina en la tuya.
¡Ábresela!

Querrías:

Invitar a Gala a que pase.
Y que ojalá decidiera pasar.
Y quizás hasta quedarse.
Un instante, un día...o toda la vida.

Querrías.
Tanto. Tantas cosas...
Querrías, no tener...Miedo




 






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