La brújula de madera
Son casi las ocho y aún no hay luz.
Luz afuera, en el cielo.Como si los de arriba hubieran dejado de pagar el recibo en agosto y ahora en septiembre, llegara Paco con las rebajas.
Y es triste y es frío y es desalentador.
Las palabras que decimos.
Las que se quedan en la boca una vez que las pronuncias. El tronar de las erres. La suavidad de la n.
Di "canción".
Y el eco reverbera aún.
Y me lleva a un tema que a lo mejor me gusta o que simplemente he escuchado tanto que se ha vuelto mantra.
Silencio.
Hoy por la noche me ha despertado el viento. La lluvia que golpeaba el plástico con el que intento proteger la colada.
Esa absurda creencia de que podemos levantar muros contra los elementos, contra el paso del tiempo, contra la vida.
Somos unos ilusos.
Hace tiempo pedí en alto acudir a un terapeuta.
Y sentada en una consulta ,me miraron a los ojos y fueron capaces de decir, que yo no necesitaba uno.
No, seguramente no.
Pero sí necesitaba verbalizar cada uno de los gritos que di en silencio. Desatar los nudos que me atenazaban . Poder hablar y ser escuchada.
Poco se atiende hoy a la gente que te platica . Y a veces es necesario desnudarse sin quitarse la ropa, porque sana.
La generación de la vídeo llamada, del whatssapp, de los call me grupales es capaz de estar sentados en una mesa , delante de un café y no verse.
Y es triste que un bar pierda esa melodía de torre de babel donde las voces se mezclan, donde tienes que mirar a los ojos, a las manos que acompañan a las palabras . Prestar atención a tu contertulio.
Naúfragos.
Huérfanos.
Aburridos todos y cada uno de nosotros.
Islas.
No me hagan mucho caso hoy, estoy leyendo un libro que me está haciendo pensar y eso a veces me pone gris.
Yo que precisamente acudí a la lectura para dejar de pensar tanto... Y ya ven lo que pasa cuando dejo abierta la caja de Pandora...
Que miro y veo.
Y ver a veces es doloroso.
Hay dos tipos de personas, las que crean y las que construyen.
Las sentimentales y las viscerales.
La gente que es capaz de coger un pincel y dejar sobre un lienzo lo que sangran sus musas, los que cogen una cámara y hacen que algo cotidiano se convierta en una obra maestra, los que escriben y cada una de las palabras que plasman te llegan, te hacen moverte, hacen que abandones tu estatismo. Como una buena canción. Lo mismo.
A lo mejor por eso estudié Arte y no leyes. Porque necesitaba moverme. Descubrir por qué Picasso dejó atrás el academicismo e hizo temblar los Pilares de la Tierra el día que presentó aquellas mujeres de un burdel de Barcelona que te miraban con rostros desfigurados, primitivos. A modo de revelación mística, como si el primer intento de una peli de terror fuera ese fotograma.
Caminar por la vida guiándote con una brújula tallada en madera, sin imantar. Sin rumbo, ni norte.
Esto me lleva a una frase del libro:
"Ella era como una película de cine independiente de las que te hacen preguntarte cosas, de las que se quedan contigo durante días"
Pues aquí estoy , perdida en la oscuridad de un día que no quiere serlo, mientras el cielo llora y yo , no dejo de leer que la gente se va para siempre de tu vera, en un suspiro, en un segundo, en lo que tardas en decidir si hoy estás mejor que ayer o peor que mañana.
El sol siempre está en el cielo , aunque no lo veas.
La vida pasa mientras deseas otra. Y ya no hay vuelta.
Esto se acaba .
Así que mira a ver, si decides cambiar de rumbo , remar o dejarte llevar.
Luego no pidas hoja de reclamaciones.
Todo era porque aún no habían encendido las luces.
Luego recordé que ya solo quedan dos días de verano. De ese verano que decidí que iba a ser el mejor de mi vida.
Ya ven. Lo mío y lo de las expectativas.
Fue un estío surrealista.
Aún me queda tiempo para que cambie.
Ahora parece que ya veo la luz.
Buenos días.
*Mi cielo hoy
Comentarios
Publicar un comentario