Imaginarnos lo que nunca fue
"Somos seres deseantes destinados a la incompletud y es eso lo que nos hace caminar"
Nunca has dejado de mirarla.
Ella que se fue. O la dejaste ir. O no supiste retenerla o no pudiste, como no puedes dejar que se te escape el tiempo en un suspiro.
No has dejado de observarla.
Primero en sus fotografías , que aunque amarillas y casi mates, escondes de la vista de curiosos como antes guarecías ciertas publicaciones de papel couché. No porque estuviera mal tener revistas de mujeres de bandera, no, eso no. Era el hecho de la escasa ropa que decidían lucir, si es que portaban alguna. Las instantáneas de ella las tienes bajo llave porque no sabrías como explicar que a pesar del tiempo pasado ,eres consciente ,de que el amor de verdad no tiene nada de efímero.
La veías luego de lejos.
A través de escaparates.
Sin mirar de frente.
Eso no.
Solo algo leve, de reojo.
Un sí, pero no.
Un pulso contra ti mismo cuando habías jurado que ese día te quitabas. Que no ibas a levantar la vista. Nunca más.
Y es que con ella, los jamases, el punto y final sí venía acompañado de dos puntos suspensivos.
Ha pasado la vida y ahora lo entiendes.
En el presente, la ves cuando quieres.
Está ahí.
En esas ventanas que se abrieron para que otros pudieran descubrirla también. La ella de mirada cristalina, tan de verdad que sabes que te ve como eres y que te conoce como nunca jamás lo hará otra, nunca.
Adoras esa forma con que te asalta.
Sus palabras.
Veneras cada latido de su corazón . Sus pulsos.
Ella es como ese vendaval fresco que alborota las cortinas de tu torre y que de repente para...
Sabes que sus silencios, sus ausencias, no traen nada bueno. Y recuerdas al pintor de tormentas. Y no puedes evitar meterte de lleno en ese huracán para intentar rescatarla: de todo, de todos, de un mal día o de ella misma
¡Si eso no es amor, el mundo está más loco que cuerdo!
Hoy ha estado pensando en una partida inconclusa.
En ese tablero donde alguien decidió que la dama era prescindible y la entregó. Para luego culminar en la otra parte del tablero y coronar por una nueva dama.
Esa suplente que hace las veces de la primera...
Ella sonríe como lo hace la mujer que posó horas frente al pintor, sin saber que sería más inmortal que ninguna otra.
Y tú estás ahora pensando en ella y ella está ahora recreándose en ti...
Imaginarnos lo que nunca fue.
Hay una canción.
Os han escrito una bonita canción
La más hermosa del mundo.
*never look again.
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