Adopta, pero a mí. Toma XI


 Gala y su estilo edición limitada .

   Nada, ni un minuto libre desde que había aterrizado en El Aquelarre.

Habían abierto la agenda para los encargos de Nochebuena y Navidad y ya no había mucho margen.

Aura estaba preocupada. El teléfono no dejaba de sonar y por la página web llegaban docenas de  pedidos y también por las redes.

-La idea del catering fue muy buena, Gala, pero si no dormimos en dos vidas, lo hacemos, ¡fijo!.

-Subcontrata el horno del pueblo.

Gala miraba los huecos en un calendario gigante que ella había ideado y que lucía en una de las paredes del obrador.

Post its de colores. Un mundo de ellos.

 Los de pequeñas cantidades, eran , pequeños.

 Los de empresa azules y el resto, ya ni se acordaba. Pero la loca del moño seguro que sí. En algún margen tendría apuntada la LEYENDAAAA.

Si ya metía miedo el nombrecito que le daba la arcaica. Más miedo daba saber que si Gala decía que lo haría, se hacía y punto.

¡ Ella iba y ponía a todo Liérganes en modo; producción en cadena!

Y lo hacía.

Los alumnos mayores  de los cursos de cocina, tenían  contrato para esos días. Se apuntaban las amigas de la abuela Nana, la abuela que le había dejado la casa. El Aquellarre.

 Los amigos de Teresa no. Los amigos de Teresa eran los post its azules. Y Aura sabía que a Gala, el mundo que orbitaba en torno a Teresa era el que impulsaba a su amiga a ser la  mejor.

Gala había apostado por la pequeña empresa local. Seleccionaba productos de la tierra; quesos mantequillas, verduras frescas. Realizaba las mermeladas y confituras  a partir de ahí. 

Gala era al catering cántabro lo que Revilluca a la comunidad autonómica entera, la mejor publicista.

Buscaba mucho por la red. Leía y hablaba con la gente, sobre este o aquel productor. No se perdía ninguna plaza ni mercado de los que había cerca; Santoña, Cartes, Potes, Astillero o Santander. No le importaba la distancia ni el día.

Aura se quedaba en el fuerte mientras ella se iba de pesca. Y pescaba como nadie. La lista de pedidos se incrementaba cada año por estas fechas. El Aquelarre no vivía solo de los tés y de los postres.

Gala, digna hija de su madre, era una visionaria. Su  idea de catering para eventos, convenciones, empresas y bodas triunfó desde el primer instante. Ellas llevaban todo a cualquier sitio ; el material, la vajilla, la cristalería, las flores e incluso la cuadrilla de servicio.

Llegaban , montaban y se iban,

Si querías una ceremonia de tarde  y una cena ligera en el jardín de tu casa. Con temática o sin ella , Gala lo hacía posible luchando por ajustar el presupuesto  en beneficio de ambas partes.

Sus desayunos para días especiales y los Brunch a domicilio les estaban haciendo ricas.

En mitad de la nada su nombre era ya un referente. Aura estaba orgullosa de su labor en cuanto a  jefa repostera. Sus tartas y sobre todo su decoración no solo era reconocida sino valorada a nivel internacional.

Solía irse fuera a conocer tendencias y a realizar cursos. Ventaja de ser socia de un proyecto como aquel y de contar con el respaldo de una loca del moño como Gala que ahora mismo tenía en su melena un boli, seguramente olvidado , en su zurda cinco post its de cinco colores diferentes y miraba hacia el muro, como si fuera el de las lamentaciones.

-¿Cómo era el color rosa? -preguntó a riesgo de perder una extremidad.

Gala se giró , pero el rotulador que agarraba con la boca, le impidió contestar.

Lo escupió, olvidándose de protocolos COVID y miró a Aurita como si fuera lela perdida.

-¿Quince años y aún no sabes que los rosas son los de Paso la Navidad SOL@?

-Pues explícame...¿ qué tiene de rosita pasar una Navidad SOL@?- Aura se lo dijo mientras le quitaba de la mano los post its y los ordenaba como sabía de sobra que se hacía.

-La magia de la Navidad Aura, tía. ¡Qué no te enteras!

-Deja de ver esas pelis moñas en Prime. Y no hagas que la mini loca de la melena las vea. ¡Vaya fliper que nos ha salido  Anjana!

Gala tachó de hojas que tenía impresas los encargos que Aura se había llevado ya al muro.

-Tienes razón. Anjana es un huracán de purpurina.

-Always . Si-em-pre he tenido razón rubita. Por eso me quieres.

Gala apoyó la cadera contra la mesa y miró a Aura.

-Qué te parece...

-¡No!.¡Para!¡No sigas!¡No pongas ese tono ni esa cara!

-¿Y si...?-Gala parpadeó con dramatismo

-Luego hablas de Anjana, pero tú,  tú eres Chucky . No,¡ peor!. Espera.Eres Chucky  y su girl-friend todo en un mini cuerpo.

-Solo es una idea que he tenido- Lo dijo convencida de su validez.

-Mira Galita. te recuerdo que tienes un problema. ¡No!¡Olvídalo! ¡Uno, no, tienes muchos! Pero el que más me revienta es esa obsesión tuya de ser Santa Gala. Que en el cole no se celebrara tu onomástica te hizo pupita, lo sé.¿ SOR lo que fuera ,no te dio la peladilla de rigor? Vale. Deja marca. P-E-R-O  ¡No puedes salvar a todo el mundoooooooo!-Alzó la voz para ver si de aquella la loca del moño lo somatizaba.

Gala se mordió el labio.

-Tienes razón -dijo mirando al muro.

Aura se quedó estupefacta.

-¡Gala de Lys Tarreros! ¿en serio?¡Aleluyaaaaaaaa!

-¡Mariiiiiiiiiiii!-gritó bien fuerte para que una de las camareras entrara al obrador- Apunta en el calendario. ¡Hoy es festivo! La jefa fea me ha dado la razón.

Y hasta ahí llegaba la tensión y el momento yo creo que...

Aura y su visión real del mundo.

Ella y sus castillos en el aire. Los *retos. 

Lo que le gustaban a ella los  *retos.

Como el que acababa de asentarse en su dura mollera.

*Encontrar un cachorro para el morenazo con pelazo y todo lo que terminase en -azo. ¡Amén, Jesús!

Santa Gala al ataquerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr







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