Las cosas que nunca te dije.
"Fuimos eso que no se cuenta, ni se admite, pero nunca se olvida"
Acabo de salir por esa puerta.
Me coloco el pelo e intento que los cuellos de la camisa vuelvan a su lugar.
Nunca volverán a lucir como antes.
Como hace un rato, antes de que tus manos desabrochasen cada uno de los botones que llegaban hasta mi cintura.
Parece como si tus manos aún estuvieran por todas partes, podría decirse que se han quedado tatuadas sobre mi dermis.
Me hubiera gustado que fuera así.
Pero lo que deseamos y lo que en verdad es , a veces, debe quedar oculto tras esa puerta. En ese cuarto.
En esa hora y tres cuartos que no olvidaré nunca.
Con la que llevaba soñando meses.
Tal vez toda una vida.
Mis pasos deciden bajar por las escaleras como si estuviera huyendo.
Como si se hubiera declarado un incendio.
Hace nada los dos estábamos en llamas.
No hace mucho nuestras bocas , nuestra piel, nuestros cuerpos entraron en combustión espontánea...
Entre aquellas cuatro paredes todo lo que soñaste se hizo por fin realidad.
Hubiera perdido la apuesta cuando me lo dijiste el primer día.
Como he perdido mis principios hace nada.
Y no me arrepiento.
Y tú sabías que sería así.
Punto por punto.
Coma con coma.
Con la certeza del que sabe leer una partitura y luego ejecutarla con maestría.
Salgo a la calle en busca de oxígeno.
Voy esquivando a gente.
A personas sin rostro, mientras recuerdo el tuyo.
Lo veo una y otra vez.
Mirándome como si me descubrieses por primera vez.
Y es la verdad.
Hemos coincidido frente a frente hace nada y sin embargo...Nos conocíamos .
Como un piloto se conoce el trazado de su próximo circuito.
Porque nos habíamos memorizado con calma.
Con prudencia.
Con el convencimiento de que en algún momento transitaríamos por esa piel.
Por la misma que aún me arde donde me tocaste.
Con la cautela del que sabe que pisa por territorio comanche.
Con el tiento y el mimo de esas primeras veces.
Con la adoración del que lleva tiempo soñando despierto.
Las cosas que nunca te dije, tampoco salieron de mis labios antes.
Ya no lo harán.
No lo hubiera hecho, porque nada hay para el que nada espera.
Fuimos instantes.
Reza una pintada en una pared que me cruzo antes de perderme por la boca del metro.
Eso es lo que fuimos.
No te he dado tiempo ni a decirme adiós.
No he querido esperar a ver en tus ojos una sombra de duda o de arrepentimiento.
Viviré con la incertidumbre de ambas.
Subsistiré con la única, certeza de las horas que nos llevaron al uno en brazos del otro.
De nuestros coloquios entre susurros.
De los bailes que nos prometimos.
De las puestas de sol que compartimos sin estar juntos en aquellas playas...
Pero sí estábamos.
Nunca me importó la forma.
El cómo.
El por qué.
Atesoro:
El primer pensamiento cuando despertabas y era para mí.
El mío cuando me dormía y te soñaba.
Hipócritas ambos.
Infames los dos.
Todo lo que te podría haber dicho...
Pero la vida quiso mover ficha primero.
De dos jugadas ganaron las negras.
El jaque del loco lo llaman.
Locos nosotros.
Que pensamos que habría otra salida.
No la había.
Como tampoco futuro.
Solo existía una opción: la salida de incendios.
El que prendimos ambos.
El que apagamos juntos.
Otros ni siquiera tienen eso.
Tampoco :
Las palabras, el baile, ni el ocaso.
Las cosas que nunca te dije...
Quédate con las que te di .
Aquellas que me arrancaste a modo de oración.
Yo que siempre he sido agnóstica.
Te las susurré.
Las imaginé.
Aunque quedaran ocultas en el silencio.
Fuimos instantes.
Pero fuimos.
El más bello.
El nuestro.
Ecos de olvido.
Eso fuimos.
Eso seremos.
Un último baile.
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