El mito del " hole in one"
Mis ondas cerebrales últimamente no descansan. Las palabras vienen a mí y me quedo rumiando frases cual vaca frixona pasto. Luego están las cosas que me atrapan . Las conversaciones on line a modo de terapia de diván. O las de café con mis malasmadres. Un click que acciona un resorte. Esa escalera de salida de todas las soledades que me acompañan. Las ventanas al mundo por las que me asomo. La vieja del visillo que se nutre de la vida de otros para contar historias, como la de hoy. El hoyo en uno. Voy. Déjenme que me acomode. Una vez. Había una vez que: Costilla vino pletórico. Algo inusual en un ser sombrío. Pero aquel día resplandecía al entrar en la cantina. A su lado otro hombre lucía la sonrisa de gato que se acaba de comer un ratón y aún lo está degustando. David era un bebé, creo y yo era . Yo. Los dos hombres, el sombrío que ya no lo era y el de sonrisa etrusca se pidieron unas cañas. Venían del campo. De jugar al golf. En un día cualquiera que había deja...