Creer que un cielo en un infierno cabe.

Solo me queda decirte adiós toda la vida. Hace tres años tal día como hoy, recuerdo como la tierra vomitaba lava sobre la Palma. Dejaba preparada la maleta para doblar otra vez el mapa. Quemar asfalto . Dejar el otoño crudo con el que ya se vestía el norte, para volver al camino del estío que portaba siempre el sur. Algún bañador, restos de crema solar que se dejarían en esa bolsa de playa que viviría casi un año entre paréntesis... Pensaba caminar, leer, volver a dejarse despeinar por el levante enfurruñado. Imaginaba atardeceres bucólicos con la sudadera puesta y los pies enterrados en la arena fina y aún cálida. Lo que se encontró sin embargo fueron días de incertidumbre, de pesar, de temores , de enfermedad y dudas. Los interrogantes sin respuestas que aún hoy arrastra. Y duele cada segundo que vuelve a pensarte y retorna la culpa de por qué no pudo salvarte. Imagino que las cicatrices, ese recordatorio de la herida, siempre nos tornan a ese lugar accidental....