Tatúame pero en el alma 18
"La pintura es siempre más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere"
Karma en su estudio. Con las ventanas abiertas dejando entrar la noche. E infinito sonando en bucle entre esas cuatro paredes y ella ensamblando maderas que ha ido recogiendo en la playa a lo largo del invierno.
Hay hilo de cobre que abraza superficies retorcidas como los muñones de un ser oscuro.
Sus demonios que salen a la luz.
La necesidad de volcar así, de esta manera, todo lo que lleva dentro y que no sabe expresar de otra forma.
Ha empezado temprano.
Según ha puesto un pie en la casa ha subido disparada.
Está sola.
Sola no.
La voz de él la envuelve, la abraza. La hace volver una y otra vez a su piel.
Y ahí es donde está el problema.
En que se le ha metido dentro.
Esa letra tan incendiaria como ellos dos juntos.
Yesca y pedernal.
Va a por un soplete.
Lo enciende y carboniza por el centro un tronco que alguien decidió , una vez el árbol enfermo , que ya , no valía nada.
Para ella sin embargo, sí.
Ella y sus quimeras.
Le hiere ahora por el costado izquierdo.
Le da forma. lo profundiza, va quitando las cenizas que antes eran materia.
Deja un hueco completo.
Luego va a por pintura y hace que el magenta arroye , se precipite por el vacío y la superficie.
Coge una pistola de aire caliente y detiene así su caída.
El chorreo sanguinoliento de un corazón que ya no está.
Al menos donde debería.
Y al tronco le añade el muñón con el cobre y luego le incorpora otro más a modo de extremidades.
Y en una de ellas, coge un frasco antiguo de botica y mete allí las cenizas que antes eran parte del tronco.
Karma y su forma de ver la vida.
No hay que dramatizar.
La escultura ya está terminada a eso de las tres de la mañana.
Con el corazón que había pensado quitar, pero cree que no.
Nadie te lo roba.
No , si tú no quieres.
La que das las llaves para que entren y hagan con él lo que les apetezca es su dueña.
Y en este caso , sigue allí, en otro estado, hecho polvo.
Pero la escultura . .¿lo guarda o lo recoge?
De ahí el mensaje.
¿Lo entrega o se lo devuelven?
Puede que prefiera quemarlo para no sentir. Tal vez lleguen tarde y ya no pueda salvarse.
La dualidad de la vida.
Hugo cantando a lo que fueron juntos.
Ella que ha notado esa necesidad de crear lo que tiene delante y no otra cosa.
Ella que nunca ha dado su corazón porque no le pertenece, porque se rompió poco a poco al irse cada miembro de su familia.
Las formas de morir, las formas de rompernos.
E Infinito que vuelve a sonar y ella que se estira como el gato de la tapia.
Y le parece maravilloso que él le haga hacer cosas como la que tiene delante y ella, ella a él, le regale sin saberlo un temazo así.
Porque ella es la enredadera que trepa, la que le abraza, la que le salva.
Y sonríe porque aunque no lo vuelva a ver, esa canción seguirá sonando y esa escultura la verán otros ojos.
Vivirán.
Las musas y sus idas de olla.
La vida y sus vueltas.
Las olas y la espuma.
Se ha acordado de una cosa.
Hace tiempo que no mira los libros de su padre.
El hombre de los grandes sueños imposibles.
El lector voraz.
El sarcástico.
Y justo donde sabía que estaría encuentra un libro que se nota que ha vivido. Que ha sido adorado por varias manos. Releído hasta mostrar las marcas de hojas dobladas.
Y Karma que busca donde sabe que reside la dedicatoria.
Y coge una tabla lisa y con el cincel talla letra a letra:
"Si algún día la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no se cansa de esperar
aquel que no cesa de mirarte"
Y lo añade a la escultura con cola de madera.
Y lo sujeta con sargentos ,para que no se vaya a ningún otro sitio.
Y sale del estudio .
Y se abraza mientras se va a su cuarto.
Está orgullosa.
Es una gran obra.
Infinita.
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